Chiqui fue recogida cuando era muy pequeña y aún así no le gusta mucho compañia humana, prefiere estar con otros gatos. Es una preciosidad que cada vez va siendo menos esquiva pero, aun así, no le gusta demasiado ser acariciada y mucho menos manipulada. Sin embargo, no pierde de vista a los voluntarios y a los más afortunados les permite una leve caricia a modo de saludo.

Se encuentra testada (negativo a inmunodeficiencia y a leucemia) y vacunada.